“Yo empecé a beber con 16 o 17 años”



Alcohólicos Anónimos (AA) cuenta en la provincia con un teléfono habitable las 24 horas del día para atender a personas adictas. “Puede llamarnos y venir quien quiera, los atendemos gratis y tenemos reuniones diarias”, explica uno de los integrantes.

Asegura que las edades son muy diversas, desde los 18 primaveras hasta más de 60. En su caso, se inició en el consumo siendo pequeño de existencia: “Empecé con 16 o 17 primaveras. Al principio controlaba, pero a partir de los 25 empezaron a aparecer borracheras de descontrol, bebía y no me acordaba de lo que hacía, perdía el control. Llegué a AA con 33 primaveras, cuando toqué fondo”.

Recalca que cualquiera puede ser alcohólico: “Aquí hay familia de todo tipo: hombres, mujeres, ricos, pobres, en paro, con dos trabajos…”.

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