La formación de Puigdemont dio a conocer, a través de interlocutores de la órbita ‘popular’, sus tres condiciones
Alberto Nez Feijo Sabe que su investidura es nada menos que imposible, pero quiere sacar provecho de los beneficios políticos de la comisión de Felipe VI y construir una historia sólida para el futuro, ya sea en la oposición o enfrentando una repetición de elecciones. El hito fundamental del boceto que se ha hecho para los 35 días de margen que ha dado Francina Armengol se trata de liderar un debate sobre España -sobre la igualdad de los españoles- que se le resiste a su partido en la centralidad que perdió en la campaña del 23-J. Y que rearme su liderazgo para la carrera de fondo de la reunificación del electorado de centro derecha.
Por eso el puente de mando del PP cree que la reunión con Junts puede convertirse en un blanco volador crucial para Feijó. No porque aspire ni remotamente a conseguir sus votos, sino porque la reunión servirá para contrarrestar Pedro Sánchez a modo de hecho consumado, colocándolo frente al justo espejo de sus propias concesiones al independentismo. Feijó quiere que todo el mundo vea que el PP dijo no a los correligionarios de Carlos Puigdemont.
Vamos a jugar duro con Junts. Vamos a marcar el guión. Queremos decirles en la cara que no aceptamos la amnistía. Ese beneficio político es importante. Les diremos cara a cara, en reuniones institucionales, lo que defendemos, esa es nuestra iniciativa política, aseguran fuentes en Génova. Es decir, grabar tte–tte – reunirse Cuca Gamarra con Miriam Nogueras?- para repetirlo más adelante en el Hemiciclo: yo dije no a Junts, ¿y usted, señor Sánchez?
De hecho, Feijó ya ha rechazado las pretensiones de Junts, según ha podido saber EL MUNDO. Aunque por intermediación, porque los contactos han sido indirectos. En agosto, antes de la composición de la Mesa del Congreso, la formación de Puigdemont transmitió a sus interlocutores en la órbita del PP cuáles serían sus condiciones para apoyar al candidato a la Presidencia del Gobierno. Junts se lo dijo en privado a gente del entorno del PP para que nos lo enviaran, explican las fuentes, que se niegan a desvelar quiénes actuaron como enlaces. Recibimos mensajes por diferentes canales que no eran de la dirección del partido, sino comentarios de personas que habían hablado con dirigentes de Junts, añaden. No desde Waterloo, sino desde la representación nacional del partido, coinciden.
Lo que Junts pidió a Feijó fue básicamente lo mismo que lo de Sánchez: un impulso a las lenguas cooficiales en el Congreso, iniciar el camino de la amnistía y dar pasos hacia una consulta vinculante. La dirección del PP lo rechazó categóricamente ante sus interlocutores. Era toda la manada. Junts nos puso las condiciones en ventanilla a través de un interlocutor cercano al PP y no entramos, inciden las mismas fuentes. De ahí que unos días después, en su entrevista con este diario, Feijó dijera: Si renunciara a lo que va a renunciar Sánchez, sería presidente.
Fuentes cercanas a los negociadores de Junts aseguran que el PP les hizo saber que estaba dispuesto a ceder en una de sus condiciones, la de introducir el multilingüismo en el Congreso de los Diputados. En Génova lo niegan y lo confinan al Senado. Junts está dispuesto a que PP y PSOE compitan para ver quién da más, subrayan. Y no es algo que les vaya mal, piensan, porque así podrán escenificar cuáles son las líneas rojas de unos y otros.
Imagínese la escena, explica un dirigente nacional del PP. No les daremos lo que les va a dar Sánchez. Y lo podremos decir tras el contacto institucional con Junts, prosigue. ¿Nos critican que solo logramos? Vamos a presionar por el flanco político, insiste, recordando a los correligionarios de Puigdemont que sólo hay margen dentro de la ley y dentro de los intereses de todos los españoles.
En la composición del lugar que ha hecho Génova para el largo recorrido hacia la sesión de investidura de los días 26 y 27 de septiembre, la reunión con Junts tiene otra tarea fundamental, además de escenificar los límites perimetrales de Feijó. ¿Cuál? Encarecer la reedición del Gobierno de Sánchez. Y, por tanto, acercar la repetición electoral, que es lo que busca el popular. La reunión con Junts forma parte de la estrategia de ataque si no gobernamos. Y será una parte importante si hay repetición electoral. Mientras estemos en el partido y Junts siga sin rechazar la reunión, Sánchez estará incómodo. Tenemos que intentar desestabilizar su bloque desde el primer día, explican.
¿Pero encarecer la investidura, precisamente, no sería para los independentistas? Si encarecemos el precio de la investidura, es más fácil que el PSOE no la pague, justifican en Génova.
TÁCTICA
POR QUÉ EL PP VETA A BILDU Y NO A JUNTS… O A LA ESQUERRA
La reunión con Junts, de cara a la legislatura, ha planteado una cuestión en las bases del PP. ¿Por qué Feijó veta a Bildu y no al partido de Puigdemont? Lo que hizo Junts es muy grave pero no es lo mismo que lo de Bildu. Y lo que hizo Junts no fue más grave que lo que hizo ERC. Fue lo mismo, dicen en Génova. Además, Feijó no podría vetar a un presidente autonómico como Pere Aragonàs, líder de un partido que hizo lo mismo que Junts, insisten. Además, justifican que Felipe VI haya impulsado el diálogo: El rey nos ha encargado hablar, no nos ha encargado no hablar.
ARITMÉTICA
PEDRO SNCHEZ, “UNA PARADA DE CONEJO” COMO CURRO ROMERRO
Antes de la cita con Junts, el presidente del PP se reunirá hoy con el líder de Vox, Santiago Abascal, y mañana con el líder de Coalición Canaria, Fernando Clavijo. Quiere empatar definitivamente, junto a UPN, los 172 votos que harán que Sánchez necesite los de Carles Puigdemont para ser presidente. Lo que quieren los estrategas de Génova es capitalizar su no a Junts y, de paso, evitar que Sánchez tire un conejo de pie, como Concha Piquer afeó a Curro Romero cuando jugaban al póquer en su piso del Capitolio. Que no eres Onassis, lo intimidó.