Las exigencias de Puigdemont para sentarse con Snchez: abandono de la va judicial, amnista y un mediador para negociar


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Reconocimiento de la legitimidad democrática del independentismo y de los independentistas. Abandono de “la vía judicial”. Una amnistía inmediata que abarque todo lo ocurrido a nivel político desde 2014 en la comunidad autónoma y la creación de un mecanismo de mediación y supervisión, probablemente internacional, que sirva para obligar a sus interlocutores a cumplir sus promesas, incluida la de un futuro referéndum legal. . sobre la autodeterminación Estas son las condiciones previas, las “condiciones que no existen y hay que crearlas”, para que Junts per Catalunya se siente a la mesa para negociar la investidura de los candidatos a ser los próximos presidentes de España.

Así lo explicó este martes el eurodiputado Carles Puigdemont desde Bruselas en una esperada conferencia en un hotel a tiro de piedra de las instituciones europeas y menos de 24 horas después de haberse reunido con la vicepresidenta segunda del Gobierno en funciones, Yolanda Díaz. Hacía años que una comparecencia del expresidente catalán no generaba tantas expectativas. El salón del acto no era muy grande y estaba lleno de seguidores, pero la presencia de medios de comunicación, algunos de ellos internacionales, demostró la atención con la que ahora toda España mira cada una de sus palabras.

“Estamos en un momento especial. Dentro de unos días el Parlamento español iniciará los trámites y no parece que el candidato de la derecha tenga apoyo ni para la primera ni para la segunda vuelta y tampoco el presidente y sus socios. España Se enfrenta a uno de esos dilemas que nunca se resuelve bien, ni al enfrentamiento entre bloques que se han polarizado ni a pactos, pero el pacto tiene un problema, o mejor dicho, dos: el primero es que España no acostumbra a hacerlo para resolver retos democráticos. La segunda es que el posible pacto no es uno cualquiera, sino que requiere de Junts, una formación que ha sido atacada sin tregua por las dos fuerzas políticas. .la cuestión de que hace dos meses y medio esos partidos no tuvieron problemas en sumar sus votos para que el candidato de Junts no fuera alcalde de Barcelona“, ha dicho el todavía reclamado por la Justicia.

“Están preparados para que haya elecciones, pero también para una negociación que pueda culminar en un acuerdo histórico. La cuestión no es si estamos dispuestos a negociar, sino si ambos lo estamos”, refiriéndose a popular y socialistas.

Puigdemont ha sido muy claro: a día de hoy no es posible ningún acuerdo. Porque no se dan las condiciones, porque quienes lo piden les han “perseguido y criminalizado” desde hace muchos años y porque no van a negociar un apoyo concreto, un “parche”. Si lo hacen, será en profundidad, como nunca antes y para lograr algo definitivo. “Si hay acuerdo, sería un compromiso histórico, ya que todos los regímenes y gobiernos españoles no han podido hacerlo realidad, a pesar de algunos intentos, desde el 11 de septiembre de 1714 y el Decretos de Nuevas Plantas que abolió las instituciones catalanas y la persecución de su lengua. Hoy no hay condiciones para ese acuerdo. Si hay voluntad real, hay que crear las condiciones, porque de entrada lo harían por necesidad y no por convicción”.

Para Junts, la primera condición es “identificar adecuadamente los elementos del conflicto, de qué estamos hablando”. Por ejemplo, “la sentencia del Tribunal Constitucional sobre la Estatutola criminalización del hecho histórico 1-O“Una respuesta legítima del pueblo, la consulta de 2014, el Pacto Fiscal, el referéndum, el cambio de sede empresarial motivado por un decreto que sigue vigente, la salvaje solicitud del 155 para intervenir en el autogobierno”, ha enumerado Según su interpretación, “Cataluña es una nación, una nación europea que ha visto atacada su condición nacional desde 1714, para la que su independencia política es la única manera de seguir existiendo como nación”. ¿Existe alguna alternativa para garantizarlo? Todas las evidencias desde hace décadas demuestran que no lo es, pero en cualquier caso correspondería a los dirigentes políticos españoles negarlo, pero no con palabras y promesas, que siempre las ha habido, sino con hechos”.

El pliego de exigencias para sentarse a la mesa, y Puigdemont no ha diferenciado entre el Partido Popular y el Partido Socialista con sus socios, es claro. Pero sólo sentarse, no dar el sí definitivo a la investidura y a la supervivencia de la legislatura.

La primera petición expresa es “el reconocimiento de la legitimidad democrática del independentismo. Nos atacan, nos persiguen, han pedido a Europol que nos traten como terroristas, han intentado todas las acciones posibles. Nos espían, nos infiltran, fabricar asambleas para hacer que las detenciones sean infundadas”, afirmó.

La segunda: “el abandono total y efectivo del proceso judicial contra el independentismo y los independentistas. El 1 de octubre no fue ilegal como no lo fueron la declaración de independencia o las protestas. Es una exigencia ética y debe haber un abandono permanente porque Debemos ser capaces de dedicar nuestras energías y recursos a nuestra causa, como lo hacen otros con proyectos igualmente legítimos. Esto está al alcance del Parlamento español, a través de una ley de amnistía que incluya el amplio espectro de represión que comenzó antes de la consulta de 9 de noviembre de 2014. Pero también es responsabilidad del Gobierno de turno, a través de la Fiscalía y la Abogacía del Estado, y debe hacerse para reparar una injusticia, no para olvidar ni para poner fin a nada ni para hacer las víctimas de estas injusticias son iguales a sus victimarios.

Esta amnistía debería ser inmediata, en cuestión de días y no de semanas, porque el plazo para un acuerdo de investidura finaliza a finales de noviembre, cuando vence el plazo que comenzará a finales de este mes, cuando Alberto Núñez Feijóo intenta conseguir los votos necesarios en el congreso. Junts exige esa amnistía antes de sentarse a la mesa, o al menos del inicio del proceso.

Tercero: “la creación de un mecanismo de mediación y verificación que proporcione las garantías de cumplimiento y seguimiento de los acuerdos que los dos grandes partidos políticos españoles no están en condiciones de darnos. La total falta de confianza entre las partes dificulta este mecanismo”. “. esencial y que debe operar desde el inicio de las negociaciones. Nuestra experiencia nos impide tener confianza en la palabra que nos dan; Sería irresponsable emprender una futura negociación sin este mecanismo”, afirmó.

“El cumplimiento anticipado de los compromisos es una forma de verificar (de ahí la importancia de que el lenguaje de la Cataluña será reconocida el día 19 como lengua oficial de la UE y se puede implementar una política lingüística de nueva generación para asegurar su supervivencia), pero lógicamente no se puede aplicar a procesos que requieran un largo procesamiento o ejecución. Por eso, para poder transitar, es necesario este mecanismo de garantía”, afirmó Puigdemont. La cifra no está definida, deliberadamente. Desde el entorno del expresident dicen que hay muchos ejemplos en otros países de figuras que han ejercido ese función Desde fundaciones suizas o noruegas hasta institutos norteamericanos, no exigen que seas una figura internacional, sino que seas “independiente, distante y creíble”.

Finalmente, “fijar como únicos límites los definidos por los acuerdos y tratados internacionales que se refieren a los derechos humanos (individuales y colectivos) y a las libertades fundamentales”. Junts quiere el referéndum independentista y su promesa será una línea roja, pero una vez comiencen formalmente las negociaciones de investidura. La amnistía es una condición previa, la futura consulta jurídica deberá acordarse antes de finales de noviembre, aunque la ejecución puede ser posterior en el tiempo, sin concretar ahora mismo.

Esas tres o cuatro peticiones no serían siempre, según su interpretación, “contrarias a la constitución ni por supuesto a ningún tratado europeo. Ni siquiera requieren un largo proceso legislativo. Son prerrequisitos que deben cumplirse antes de que expire el plazo legal para evitar nuevas elecciones, y si se producen, nos comprometen y obligan a trabajar por un compromiso histórico que resuelva el conflicto en la próxima legislatura. Sólo dependen de la voluntad política”, ha zanjado desde Bruselas.

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