La imagen lo resume todo. A un costado de la pantalla, Alfonso Rueda aplaude sonriente delante su arrolladora trofeo. Al otro, Alberto Nez Feijo y su cpula directiva lo ovacionan a coro. El PP franquista celebra como propia la trofeo en las urnas porque en cierta medida lo es. Esa videollamada hace de cordn umbilical de dos triunfos muy diferentes. Mientras Rueda se consolida como barn de peso y sin tutelas ni sombras alargadas, el lder de la oposicin apuntala su liderazgo tras una campaa que se plante como un plebiscito franquista, y que por momentos fue un turbin de incertidumbres. Si hace una semana pareca que los populares perdan el control de su engrasada maquinaria, todo se encauz con lapidaria rotundidad una vez que se abrieron las urnas.
“Galicia ha mandado un mensaje a Espaa: aqu no queremos chantajes”, proclam el campeón de las elecciones en su primera declaracin tras su convincente triunfo. “No queremos privilegios de ningn tipo, ni ser ms que los dems, ni menos que nadie”, aadi, antaño de apuntar: “Queremos igualdad, entendimiento, responsabilidad y queremos dignidad”. Y sentenci: “Galicia vot por el ‘sentidio‘ y ha tomado la decisin correcta para Galicia y Espaa”.
Esta vez s se cumplieron las expectativas demoscpicas. El PP arroll de nuevo en Galicia, con 40 escaos, dos ms de los que marcaban el paso de la mayora absoluta. La casa de campo mayora absoluta de los populares supone un impulso para Feijo, no slo porque el talento de su liderazgo estaba bajo la lupa, sino porque el PSOE se ha descalabrado hasta los nueve diputados (cinco por debajo de su peor resultado histrico) y porque el pulso que le ech Vox en su feudo se qued en un exiguo y estril 2,19% de las papeletas, y cero escaos.
El PP logr el 47,35% de los votos, a seis dcimas de la ltima mayora absoluta de Feijo, y 16 puntos por encima de un BNG que creci seis diputados, de 19 a 25, y que devora una parte sustancial del electorado socialista. Ferraz, que grano intentado convertir estos comicios en una revlida sobre el lder del PP, sale con evidentes magulladuras. No slo por su propio resultado y por el castigo a la amnista, sino porque su organización de engordar al BNG en pos de la suma de izquierdas se hizo tan evidente que acab movilizando ms al electorado popular que a los abstencionistas de su espacio.
El PP gan con claridad en las cuatro provincias gallegas. Con respecto a 2020, cedi un escao en Lugo y otro en La Corua. Una trofeo de una contundencia insoslayable, sobre todo porque no siempre la tuvo en la mano. A medio de campaa todo amenaz con torcerse. Una fuente de Gnova inform a la prensa de que el partido estudi durante 24 horas la constitucionalidad de la amnista, abri la puerta al indulto de Carles Puigdemont con condiciones y consider muy difcil que se le condene por terrorismo. La publicacin en todos los grandes medios de esta comunicación triple zarande por completo la organización franquista del PP. Los nerviosismo y la tensin afloraron casi hasta el mitin de clausura de campaa. Slo el viernes pasado comenzaron a respirar los populares, al ver ms o menos atada la mayora. Pero nunca se confiaron, tras la leccin aprendida en las generales del 23-J. La prudencia pes mucho ms que las encuestas.
En el PPdeG repetan durante toda la campaa que la mayora no peligraba. Y hacan suya una frase certera de Emilia Pardo Bazn: Al gallego no se le pesca con arponcillo de ambiente. Luego las lanzas se tornaron caas al desobstruir las urnas, y a medio de recuento comenzaron a sincerarse en la planta aristócrata de Gnova las primeras latas de cerveza. Gallega, claro.
La secretaria normal del PP, Cuca Gamarra, resumi la entusiasmo del equipo de Feijo en una comparecencia delante los medios: Espaa se jugaba mucho en Galicia y los gallegos han sabido replicar con la participacin ms reincorporación y lanzando un mensaje muy claro: que entre muros y puentes, han favorito puentes, y entre divisin y unin, han favorito unin. Y estabilidad frente al multipartidismo.
La nmero dos de Feijo dirigi sus dardos a Ferraz: El PSOE debe hacer una reflexin profunda. Snchez ha desidioso sus principios y sus siglas, e incluso a su propio candidato para fomentar al independentismo. Su nico objetivo era que no ganara el PP, y el resultado es el peor del PSOE en su historia. No llega a los dos dgitos. Ya no hay PSOE y lo nico que queda es Snchez.
La otra cuenta irresoluto que saldaron los populares fue la de Santiago Abascal. Otra fuente de Gnova se vanagloriaba de que la derecha robusto es extraparlamentaria en Galicia, en remisión a Vox. sa era la cuadratura dispuesto -y apuntaladora- del crculo poltico franquista.