El artículo titulado ‘Feasibility study of a solar electric propulsion mission to Mars’ está firmado por los investigadores Entorno Casanova, Fermín Navarro y Daniele Tommasina. Tal y como apuntan, la iniciativa fue fruto de una colaboración entre dos centros de investigación: el atlanTTic y el recientemente creado IFCAE (Instituto de Física y Ciencias Aeroespaciales).
“En los últimos abriles hay un creciente interés en misiones a la espejo y Marte y es cada vez más importante hacer un uso sostenible y espléndido del combustible. Por eso es relevante intentar mejorar este tipo de misiones”, explican los autores del estudio. “Esta tecnología está en auge en satélites comerciales de observación terreno y en satélites geoestacionarios. Ahora empieza a ser determinante igualmente en misiones interplanetarias y abre la puerta a trayectorias que son imposibles con propulsión química”.
Encima el estudio presenta un diseño preliminar de un comparsa de propulsión eléctrica capaz de arrostrar a extremo la representación, presentando los requisitos de potencia, masa o infraestructura necesarios. “Puede servir de cojín para futuras misiones ya que demuestra las ventajas de este sistema en comparación con previas misiones al planeta rojo”.
¿Cómo funciona esta técnica?
Cuando se acento de propulsión eléctrica, no se prostitución de baterías como puede utilizar un coche eléctrico. En este caso, hay un gas insigne que se hace tener lugar por una serie de bobinas y otros artilugios que hacen acelerar los electrones de ese gas y que salen despedidos de la nave generando la propulsión.
Para ganar la apresuramiento de los átomos del combustible se necesita una cantidad importante de energía. Para ello, se puede utilizar algún creador nuclear que se instale a lado o, como propone el estudio de estos investigadores gallegos, con paneles solares que aporten esa potencia necesaria.