Los hechos sucedieron el pasado 15 de enero, cuando el último se encontraba en el comedor de la escuela con dos monitores.
Según la primera lectura del colegio, las heridas en la mano de Marc, el novicio, se habrían producido como objeto secundario de una prescripción que toma. Cuando los padres llegaron al Hospital Vall d´Hebron de Barcelona, en el que el pequeño estaba ingresado, les ofrecen una segunda lectura.
En ese momento, explican que habría sido el último el que habría introducido las manos debajo del llave, poco que extrañó a los padres porque no sabe lavarse las manos por sí solo, por lo que serían los monitores quienes estaban lavando al peque.
Varias versiones sobre cómo ocurrió
Luego ofrecen una tercera lectura: en un forcejeo con los monitores, Marc habría franco por error el llave haciendo que el agua saliera a una temperatura de 60 grados. Poco que, según el colegio, no habrían percibido los monitores del colegio porque llevaban guantes de resina.
Los padres explican que tanto la doctora como la enfermera que atendieron al último en la pelotón de quemados pusieron en duda que las heridas fueran provocadas sólo por quemarse con agua caliente.
Marc ha tenido que someterse a varios injertos de piel durante el mes que lleva ingresado en el hospital, mientras los médicos intentan que vuelva a recuperar la movilidad en la mano.
Desde el colegio han querido llorar lo ocurrido, han explicado que fue un casualidad y se han reafirmado en su tercera lectura: cuando los monitores fueron a ducharle, puso la mano bajo el agua caliente tras rajar el llave ocasionándole las graves heridas.