Más de uno se ha tenido que frotar los fanales en varias ocasiones para darse cuenta de que lo de hoy en el Armando Maradona era una eliminatoria de Champions League. Tanto Barça como Nápoles cuajaron un partido soso, con muchos errores y con un fútbol tirando a anodino.
Los de Xavi empezaron decididos, controlando el balón y tomando la responsabilidad del movilidad. Fue mejor en la primera parte pero se fue a vestuarios sin premio, el que terminaría llegando en el minuto 60 tras una gran maniobra de Lewandowski, que recibió el balón, se hizo hueco y puso el esférico pegado al palo. Lo más ‘complicado’ estaba hecho y mínimo hacía presagiar que el Nápoles pudiera reaccionar.
Pero como una de las cosas que más define a este Barça es no memorizar cerrar partidos, y en este caso eliminatorias, los de Cardona todavía no habían dicho su última palabra.