Me voy a pasar la vida siendo un aprendiz



Autodefinido como un “rockero mestizo” y con un “sonido eléctrico de larga data”, el músico, escritor y filósofo Santiago Auserón se despidió de su alter ego, Juan Perro, para iniciar una nueva etapa con su Academia Nocturna, la banda que funciona como “un taller itinerante de creación y aprendizaje” con el que está de gira por España. Llegará a Ourense el viernes 8 de septiembre con un concierto en el Auditorio do Castelo (Ribadavia) y en el marco de Los Conciertos de torrevieja news today, patrocinado por el Xacobeo y el Concejo de Ribadavia.

Auserón ya había dado un cambio radical con Juan Perro, cuando, como “una especie de aullido ante la industria cultural”, renunció al mainstream y acabó con Radio Futura para entrar en una fase de experimentación y rebelión musical. Duró 30 años. Hoy opta por “calmar un poco las cosas”.

Vicenç Solsona, a la guitarra; Isaac Coll, al bajo; Gabriel Amargant, al saxo y clarinete, y Pere Foved, a la batería, forman la banda con la que el zaragozano aprende cada día un poco más. Porque el aprendizaje, ya sea musical, literario o filosófico, es su “gran pasión”.

Juan Perro cuelga las botas después de 30 años y Santiago Auserón se vuelve a reinventar. En sus redes sociales habla de una lucha por hacer rock hispano, con una banda de calidad, de un mercado musical en el que las decisiones las toman la industria discográfica y los medios para que prevalezca el negocio sobre el arte. ¿Cuánto influyó este contexto en tu decisión de volver a ser Santiago Auserón y cuánto influyó tu deseo de renovación artística y aprendizaje constante que te caracteriza?

El motivo fundamental del cambio de nombre responde, como usted dice, a una inquietud de vocación esencialmente artística. En algún momento sentí que el proyecto de Juan Perro ya estaba, si no concluido, suficientemente logrado, en el sentido de que Juan Perro significó para mí la búsqueda de la música fronteriza entre lo hispano y lo latinoamericano, prestando especial atención al son oriental de Cuba. , y, de ahí, la conexión con la tradición afroamericana: blues, jazz, soul, rock, blues y sus derivados. Esta representa una especie de cazuela de estilos que hay que cocinar a fuego lento, para darles textura y sabor. No he tenido prisa en este planteamiento pero ha llegado un momento en el que me ha parecido, sobre todo gracias al trabajo con la banda con la que llevo ya unos años, que el diálogo entre la música tradicional hispana y la La música del nuevo mundo, en nuestro idioma, se produce de forma natural. Entonces tuve la sensación de que la máscara de Juan Perro ya había cumplido su propósito. Y lo mandé a hacer el Camino de Santiago… a ver si lo encuentras por allí. Por otro lado, Juan Perro ha sido una especie de alarido frente a la industria cultural; un gesto de rebelión a 30 años de Radio Futura. Pensé que ahora era conveniente relajar un poco las cosas y trabajar con mi nombre pero dándole un nombre al nuevo proyecto, un nombre que tenga un significado particular: para mí la relación con los compañeros que tocan en la banda es instructiva todo el tiempo. , son profesores de alto nivel y son mi escuela de música. Me obligan a hacer mi solfeito y cuando les canto una frase me dicen “no, apúntala” (risas). Para mí es una academia, y desde los 15 años hasta la universidad siempre fui estudiante nocturno, la idea del aprendizaje nocturno sigue en mí.

Bregas por una “comunicación sin mediación”. Obviamente tienes un público cautivo y herramientas para expresarte como las redes sociales. Aún así, renegado del mainstream, ¿cuánto te queda en promocionar tu música?

Ese es mi riesgo. No tengo ningún inconveniente en hacerme mundialmente famoso y hacer una fortuna (risas), pero mientras sea el camino que creo que debo tomar y el compromiso artístico sea una prioridad, la pasión por la búsqueda de formas musicales y poéticas es el camino. , indica el camino. Si hay buena brisa para navegar y la suerte trae muchos conciertos y muchas descargas digitales, entonces maravilloso. Soy consciente de que es muy difícil que esto sea así, porque el mercado tiende a generar en la mayoría, en la cultura de masas, una respuesta automatizada a los estímulos más simples, tiende a simplificar la reacción de escucha, y no permite la reflexión. . y elaboración artística de largo plazo. Hay una tendencia al entumecimiento en el consumo, no estoy exento, soy como el hijo de cualquier vecino, pero en lo que respecta a mi trabajo, lucho, asumo el riesgo de la pelea con placer y alegría, no con resentimiento. Asumo el reto de la lucha para que el arte tenga sentido y que quien escuche mis canciones o vaya a mis conciertos note un cariño especial en la preparación del pan. Ten en cuenta también que llevo mucho tiempo dedicándome a este doble oficio de música y reflexión, de letras y reflexión filosófica como estudiante. Avanzar como filósofo, músico y escritor sólo se puede hacer con mucha humildad y mucha paciencia. Con una actitud de que me voy a pasar la vida siendo aprendiz y luchando por aprender un poco cada año. Todavía tengo dificultades con todo, para mantener mi voz a medida que envejezco, para tocar la guitarra con mis compañeros que son muñones, todo esto me obliga a ensayar a diario. Tengo que tener mucho cuidado. Aún así, a mis 69 años tengo la sensación de que mis canciones van mejorando y que mi interpretación, tanto vocal como musical, es un poquito mejor cada temporada. Y para mí eso ya es una gran alegría.

Antes de hablar de reinvención, sabrás que hay músicos de tu generación que cantan las mismas canciones de hace 40 años en cada show. Sé que en tu caso es imposible, pero te habrán propuesto más de una vez regresar como Radio Futura…

Hubo propuestas casi obscenas, como un cheque en blanco para llenar el Bernabéu. ¿Saber? Hubiera sido natural y humano aprovechar la trayectoria y el trabajo que nosotros mismos hemos hecho. Pero con la muerte de Enrique Sierra las cosas se nos amargaron mucho. Revivir eso por puro negocio… Imposible. Antes de que Enrique se volviera terminal, Enrique, Luis y yo hablamos y dijimos “bueno, cada uno está haciendo lo suyo, pero si en algún momento nos cuadrara…”. Pero si bien hay energía, ¿por qué no utilizarla en algo nuevo? Radio Futura es una entidad social que tiene su prestigio, y para qué lo vamos a estropear.

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