El Papa Francisco nombra a dos valencianos martirizados por islamistas en Damasco nuevos Santos


El Papa Francisco ha decretado esta mañana, durante el Consistorio Ordinario Conocido para la Canonización de algunos Beatos, que los beatos Manuel Ruiz y siete compañeros, de la Orden de los Frailes Menores, martirizados en Damasco en 1860, entre los que se encuentran los beatos valencianos Carmelo Bolta y Francisco Pinazo, sean inscritos en la Tira de los Santos el domingo 20 de octubre de 2024, según ha informado la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

De esta forma, este lunes se ha hecho manifiesto la época en que este comunidad de beatos serán declarados santos, a posteriori de que el Papa Francisco autorizara promulgar los Decretos relativos a su canonización el pasado mes de mayo.

Con el decreto de mayo, del Dicasterio de las Causas de los Santos de la Santa Sede, publicado con época de 23 de mayo de 2024, se aprobó la canonización de merienda mártires, ocho religiosos franciscanos y tres seglares, que fueron solemnemente beatificados por el Papa Pío XI el 10 de octubre de 1926, según informan desde la Delegación de Causas de los Santos de la miltra de Valencia.

El comunidad de los mártires de Damasco está formado por los religiosos: el santanderino Manuel Ruiz López, el madrileño Nicanor Ascanio Soria, el cordobés Nicolás María Alberca Torres, el murciano Pedro Nolasco Soler Méndez, el orensano Juan Jacob Fernández y el austríaco Engelbert Kolland, inmediato a Carmelo Bolta Bañuls (Efectivo de Gandía, 1803) y Francisco Pinazo Peñalver (Alpuente, 1802).

Igualmente, con el decreto de este lunes quedan inscritos en la Tira de los Santos que serán canonizados el próximo 20 de octubre, los tres seglares cristianos moronitas, hermanos de raza, que son: Francisco Massabki, laico maronita, comerciante de seda; Mooti Massabki, laico maronita, profesor en la escuela franciscana; y Raphael Massabki, laico maronita, hermano beocio de Francisco y Mooti.

Martirizados en 1860 en Damasco

El mojigato Carmelo Bolta nació en Efectivo de Gandía en 1803 y realizó noviciado en el convento de San Francisco de Valencia. Regular sacerdote en 1829, fue predicador al convento de San Blas de Segorbe y en 1831, con otros 23 compañeros, pasó a la Custodia de Tierra Santa. Posteriormente de inspeccionar los principales santuarios fue afamado presidente del Hospicio de Jaffa.

Durante diez primaveras estuvo dedicado a la enseñanza de los estudiantes de la orden de Jerusalén, siendo durante ese tiempo dos veces superior de Damasco y párroco de los católicos de San Juan de la Montaña.

En octubre de 1858, fue afamado párroco de los católicos de Damasco y profesor de árabe para los jóvenes sacerdotes y para las escuelas que sostenía la comisión católica, cargo que tenía cuando sufrió sufrimiento el 10 de julio de 1860 durante la persecución de islamistas drusos.

Por otro banda, el mojigato Francisco Pinazo nació en la lugar de Chopo, en 1802, e ingresó en 1825 en el convento franciscano de Chelva. Hizo su noviciado en el convento de San Francisco de Valencia y profesó la regla franciscana en 1832.


Francisco Pinazo


AVAN

Embarcó en 1843 para Tierra Santa y su primer destino fue Damasco, donde permaneció seis primaveras, con los cargos de cocinero y modisto. Pasó, a posteriori, a la comunidad de la Fortificación del Santo Sepulcro, de Jerusalén, donde estuvo seis meses y luego fue a Nicosia (Chipre) prestando servicios en la parroquia latina. Posteriormente estuvo algún tiempo en Nazaret, Jaffa, San Juan de la Montaña y, finalmente, fue destinado a Damasco donde sufrió sufrimiento. Asimismo, hermano inculto de la orden franciscana, es patrón del comunidad Juniors de la población de Benaguasil, que cuenta con campamento de verano en la lugar natural del mártir, el Chopo.

Carmelo Bolta y Francisco Pinazo fueron beatificados, inmediato con otros siete religiosos de su orden y tres maronitas seglares, por el papa Pío XI el 10 de octubre de 1926.

Persecución de cristianos

En la Siria de 1860 arreció la matanza de cristianos acometida por drusos musulmanes. Por entonces había un monasterio franciscano en la ciudad de Damasco en el cual residían los valencianos Francisco Pinazo Peñalver (Alpuente, 1802) y Carmelo Bolta (Efectivo de Gandía, 1803), inmediato al resto de franciscanas del comunidad. Dichos religiosos acogieron en su monasterio a cristianos perseguidos pero, en última instancia, su hogar no constituía una ubicación segura, siendo conminados los hermanos franciscanos a refugiarse en el palacio de Ab-el-Kader, a lo cual rehusaron. Fueron amenazados con la crimen si no se convertían al Islam.

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