La digitalización rural se extiende en torno a la frontera lusa con 4 millones


“Son innovaciones disruptivas que parecen” pensadas para “las grandes ciudades”, pero que en los municipios pequeños están ayudando a “evitar asimetrías”. Es sobre sistemas que avisan del nivel de llenado de los contenedores, que aseguran la calidad del agua o del aire, que advierten de posibles daños materiales o heladas en las carreteras. En definitiva, permiten la gestión digital de servicios en zonas despobladas, permitiendo una mayor eficiencia a partir de recursos y personal reducidos. En los próximos tres años estas iniciativas cobrarán impulso a ambos lados de la frontera con Portugal a través de un proyecto con financiación europea. Cuatro millones de euros por responder “correcta y rápidamente” a los problemas que surgen en un mundo “hiperconectado”, afirmó ayer Marco Morala, alcalde de Ponferrada, uno de los municipios beneficiarios de esta inversión.

Se trata de Proyecto Iberus SmartCDT, que llega a su cuarta edición -la primera fase iniciada en 2011- bajo el liderazgo de la Junta, que pone a disposición de los beneficiarios la plataforma de gestión y su experiencia en el internet de las cosas a través de Territorio Rural Inteligente. El final es “aumentar la calidad de los servicios”, “promover la modernización de las entidades a través de la tecnología” y mejorar la formación en competencias digitales, afirmó este martes la ministra de Movilidad y Transformación Digital, María González Corral. Este último aspecto, el de la formación, se incorpora por primera vez a través de una red para dotar de conocimiento a funcionarios y empresas.

Además de Ponferrada, en territorio castellano y leonés también se beneficiarán los concejos de Salamanca y Valladolid -también podrían beneficiarse las zonas fronterizas y las que las limitan-. En el primero de ellos, el proyecto sobre la mesa mira hacia El sistema de recaudación de impuestos a través de la “robotización” con lo que la IA liberará recursos humanos, explicó el presidente provincial, Javier Iglesia. En el segundo caso, su homólogo, Conrado Íscar, ha apuntado a la extensión de sensores a diferentes servicios de los municipios, como la calidad del agua.

Por parte portuguesa, la ambición apunta a reducir la brecha digital y Desconexión que aún arrastra en el mundo rural respecto a internet del siglo XXI. Sus proyectos buscan “las mismas herramientas para todos” con soluciones como un centro de coworking equipado en el que se pueda hacer teletrabajo y así atraer, o al menos retener, a la población, han explicado representantes de Sabugal y Penamacor.

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