no te pierdas la lluvia de estrellas



la noche de Este sábado es la máxima actividad de las Perseidas, la lluvia de meteoros más famosa del verano. Para una buena observación es necesario encontrar un lugar sin contaminación lumínica, con pocos obstáculos a la vista, como árboles o edificios, no utilizar instrumentos ópticos y tener algo de paciencia.

A diferencia de agosto del año pasado, este es excelente para perseguir estrellas fugacesya que el máximo de actividad de esta mañana se producirá tres días antes de la luna nueva: “Afortunadamente, la delgada luna menguante ofrecerá excelentes condiciones para la observación durante toda la noche”, señala el Instituto Geográfico Nacional (IGN) en su página web.

¿Dónde ver las perseidas?

El sitio de observación puede ser cualquiera, siempre y cuando proporcione un cielo oscurosin nubosidad, y hay que evitar el uso del móvil para adaptar los ojos a la oscuridad.

Las perseidas (en realidad, meteoros) son visibles en todo el hemisferio norte, y las velocidades de estos meteoros pueden superar los 50 kilómetros por segundo, según datos del IGN.

Aunque su momento de máxima actividad se produce esta mañana, comenzaron en torno al 17 de julio y terminará alrededor del 24 de agosto.

Los modelos estándar dicen que su actividad en perfectas condiciones está entre 100/150 meteoros por hora, pero luego la realidad es algo diferente, ya que la lluvia no es regular -no hay que esperar a una lluvia de meteoros-, y la cantidad varía según la hora, el lugar elegido o la agudeza visual del observador.

¿Qué son las lluvias de meteoritos?

Las lluvias de meteoritos ocurren cuando el rastro de partículas de polvo y roca que dejan los cometas en su órbita alrededor del Sol entra en la atmósfera terrestre y se volatiliza produciendo un efecto luminoso: los meteoros.

Estos fenómenos pueden predecirse con antelación, ya que cada año la Tierra en su trayectoria alrededor del Sol se cruza con la trayectoria de varios cometas, en este caso 109P/Swift-Tuttle.

La órbita de este cometa está llena de miles de pequeñas partículas como granos de arena que, cuando se cruzan con la Tierra, golpear su atmósfera.

Este choque produce, en estos diminutos fragmentos, un aumento de temperatura de hasta cinco mil grados en una fracción de segundo, lo que hace que se desintegren y emitan un destello de luz, un meteoro o una estrella fugaz.

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