En esos primeros días, estas personas pasaban la oscuridad a resguardo de los soportales y por la mañana recogían sus cosas y dejaban la zona liberada. Las cosas se complicaron cuando el número de los allí congregados fue en aumento.
El ocupación empezó a convertirse en un serio foco de suciedad. Situación que empeoró aún más cuando los sintecho empezaron a ponerse violentos y a impedir que los servicios de pureza realizasen su trabajo.
No es la primera vez que ocurre
No es la primera vez que ocurre poco similar en la zona monumental de Santiago. El caso de la Plaza de O Toural supuso un quebradero de capital para vecinos y comerciantes durante abriles. En aquel momento la presencia permanente de personas sin hogar conflictivas provocaba que la policía tuviese que trasladarse continuamente a la zona y generaba una situación de tensión permanente en el ocupación.
En esta ocasión, en estos soportales situados a escasamente 50 metros de la Catedral de Santiago, la situación se repite. Se proxenetismo de un punto por el que pasan un gran número de peregrinos y visitantes, que muchas veces acaban siendo testigos de las malas formas y los comentarios de este asociación.
Preocupa el olor
Otro de los aspectos que más preocupa a los afectados es el olor. Prácticamente a cualquier hora del día hay cierto en el ocupación por lo que la basura no deja de acumularse y su posición en presencia de los servicios de pureza hace que sea inverosímil adecentar la zona, de ahí la que nos encontremos en presencia de un foco de insalubridad.