La inmigración salva la caída del padrón y la falta de mano de obra en O Barco



La demanda de trabajadores en sectores como la pizarra, la hostelería y, en último medida, el vitivinicultor es un atractivo para quienes buscan un empleo en Valdeorras, siendo muchos de ellos extranjeros que se instalan en O Barco de Valdeorras. Su venida no sólo evita la caída del padrón, sino que permite aumentarlo respecto al año preparatorio, según los datos provisionales que maneja el Concello barquense. Así, a principios de mes, en el municipio fueron contabilizados 13.413 habitantes de 51 nacionalidades distintas. Este cifra, que aún no es definitivo, supera levemente los 13.277 de principios de 2023, o lo que es lo mismo, hay 136 barquenses más que a principios del año pasado. El colectivo más abundante es el gachupin, pues contabiliza 11.716 habitantes, por debajo de los 11.884 del año preparatorio.

Los colectivos extranjeros con longevo presencia en el padrón provisional son los formados por los de nacionalidades portuguesa (469 habitantes), colombiana (287), marroquí (173) y venezolana (120).

El que contempla a los empadronados nacidos en Portugal, al punto que aumentó, pues pasó de 460 a 469. El incremento es longevo entre los llegados de Colombia. Este agrupación estaba formado hace un año por 178 personas, alcanzando en el padrón provisional los 287, lo que supone un incremento del 61 %. Todavía creció, aunque de forma mucho último, el colectivo marroquí, pues si hace un año eran 149 los barquenses de esa ciudadanía en el padrón provisional, en los últimos días su número se situaba en 173. Y los venezolanos afincados en O Barco pasaron de 108 a 120.

Empresarios

“Aquí no se encuentran trabajadores. Hay que ir donde los hay. Hay mucha clan extranjera”, afirman fuentes empresariales del sector de la pizarra, que destacan la presencia de operarios de muy distintas nacionalidades en las plantillas.

Una situación similar se da en la hostelería barquense, aunque este caso es particular, pues son muchas las personas de origen latino que se ponen al frente de establecimientos hosteleros.

En el sector vitivinicultor además se aprecia la incorporación de trabajadores llegados de otros países. Su venida suele coincidir con la vendimia, aunque recientemente además son contratados para trabajos puntuales, como la poda.

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