En este tipo de unidades, los internos participan en un software de trabajo o estudio en colaboración con empresas externas o instituciones educativas. Estos módulos están destinados a ofrecer a los internos la oportunidad de conseguir habilidades laborales o educativas mientras cumplen su condena. Los internos pueden participar en actividades como la fabricación de productos, la prestación de servicios o la subsidio a clases educativas, dependiendo de los acuerdos establecidos entre la prisión y las entidades externas participantes.
Aprovechó un cambio de clases
En un cambio de hora el recluso aprovechó el alboroto habitual de estos momentos en un instituto para confundirse con los alumnos y darse a la fuga. Según relata el sindicato ACAIP, que ha informado de los hechos ocurridos, “la vigilancia en un centro educativo es último” y por eso el preso pudo darse a la fuga saliendo tranquilamente por la puerta del centro cerca de fuera.
Se alcahuetería de un delincuente habitual, politoxicómano, que estaba recibiendo tratamiento con metadona en prisión y que ha entrado y aparecido de la calabozo en otras ocasiones anteriormente. Los trabajadores del centro penitenciario que le conocen creen que lo más natural es que reincida con algún tipo de hurto último, para conseguir billete para consumir, por lo que confían en que se le podrá situar pronto.
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