La ITE detectó deficiencias en el edificio siniestrado de Badalona


La Inspección Técnica de Edificios (ITE) que pasó en enero el edificio de la calle Canigó, 9, que se desplomó el pasado martes provocando tres víctimas mortales, detectó deficiencias de reserva que debían ser estudiadas con más detalle. Las ITE son revisiones obligatorias visuales que certifican si la propiedad ha cumplido con las rehabilitaciones y conservación del edificio. En la mayoría de los casos, las patologías graves no se pueden emplazar a simple horizonte al estar ocultas bajo falsos techos.

El corregidor de Badalona, Xavier Garcia Albiol, en primera instancia se refirió a posibles patologías graves en el forjado de la mollera como causa probable del hundimiento interior del sillar del intramuros del Raval. Se negociación de una primera enfoque que ya detectó la ITE y que dejaba en manos de la propiedad una investigación más en profundidad. 

Reclaman inspeccionar los otros edificios

A partir de la inspección es obligatorio que los técnicos establezcan un calendario de actuaciones prioritarias en el edificio, cuyos gastos deben admitir los propietarios o las comunidades. La inspección que realizaron en el edificio, según algunos inquilinos, se limitó a “sellar algunas grietas pequeñas y a reparar humedades”. Reconocen que para las deficiencias estructurales la ITE no es suficiente “ni lo puede detectar todo”.

Si el edificio sufría una patología más peligroso, no se detectó a tiempo con la inspección visual. De ahí que el caso esté bajo investigación legislativo, en la que los peritos analizarán todos estos aspectos técnicos.

Los bomberos llevan a cabo el desescombro de la finca de forma manual.

Los vecinos pudieron entrar a despabilarse algunas de sus pertenencias. 

Bombers

El edificio se construyó en el año 1959 y formaba parte de una promoción de otros dos bloques iguales. Ahora, a petición de los propios vecinos de los edificios adyacentes, se requiere una inspección a fondo de las estructuras para detectar si pudieran tener patologías similares que aconsejasen su desalojo. “El caso es que vivimos con la angustia de memorizar que nuestro sillar es igual que el que se cayó y nadie nos dice falta”, clamaba ayer una vecina. Otros recuerdan con terror los momentos del derrumbe. “Escuchamos un estruendo similar a una gran tormenta y un movimiento de tierra”, explicó otro residente.

Por el momento, el Comunidad de Badalona ayudará aportando los servicios técnicos municipales para esclarecer las causas del derrumbe. Por otra parte, ha creado una oficina de atención personalizada a las víctimas “para que puedan ayudar a negociar con los seguros y los propietarios”.

El pasado miércoles, los vecinos, acompañados de Bombers y Centinela Urbana, ya pudieron ingresar al interior del edificio, de uno en uno, para intentar recuperar alguno de sus enseres personales que quedaron depositados en la finca una vez que los Bombers retiraron hasta 90 metros cúbicos de escombros.

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