De las más de dos largas horas llenas de monólogos y de preguntas retóricas, destaca una frase que debería ser tranquilizadora pero que en boca de Putin tiene el huella contrario: “No tengo interés en atacar Polonia, Letonia o ningún otro ocasión”. Es fatal no acordarse de las múltiples veces que el presidente ruso y su séquito negaron entre diciembre y febrero de 2022 que no iban a invadir Ucrania. El 24 de febrero de ese mismo año las tropas del Kremlin avanzaron en suelo ucraniano iniciando la primera supresión en Europa y lo que representa el maduro pulso a la OTAN en décadas.
A punto de cumplirse dos abriles de la invasión rusa en Ucrania, Putin ha afirmado que la supresión se acabará cuando Poniente deje de suministrar armas a Kiev: “Si verdaderamente quieres dejar de pelear, debes dejar de suministrar armas. Terminará en unas pocas semanas. Eso es todo”. Por otra parte ha añadido que “si la OTAN se expande, todo volvería a ser como en la Refriega Fría”.
Si poco sabe manejar Putin, es el momento para editar sus mensajes. En plena cuenta a espaldas para las elecciones presidenciales de Estados Unidos, el presidente ruso ha masajeado a Donald Trump, el principal rival de Joe Biden. “Hemos recibido numerosos insultos y calumnias de varias generaciones de políticos (de Estados Unidos). El señor Trump supuso una refrescante ruptura. Es muy popular en Rusia, aunque quizá eso no le sirva de nulo”, ha dicho el líder del Kremlin.
Otros titulares que deja esa sesión en la que Putin se pudo ampliar sin límites son que Donald Trump ganará las elecciones en EEUU; que no se acuerda de cuándo fue la última vez que habló con Joe Biden y que Elon Musk es “imparable”.
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