¿qué posibilidades hay de un cambio político?



“Mientras hay vida hay esperanza”, dice el refrán. Y en estas está la izquierda en Galicia en estos momentos. Hasta ahora no hay sondeo que baje a Alfonso Rueda de la Presidencia de la Xunta, y por más que el nacionalismo repita que llegó el momento del cambio, lo cierto es que el mensaje no cala y se pregunte a quien se pregunte la ciudadanía parece tener claro que cambios, pocos.

“Siempre hay la posibilidad, las elecciones se hacen para eso”, dice Roberto Blanco Valdés. El catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Santiago deja la puerta abierta, aunque no niega que si tiene que dar su opinión cree “que el PP va a conservar la mayoría”.

Y eso que, explica este analista, “el Partido Popular necesita un resultado cercano al 50% de los votos para conseguir la mayoría, lo que supone un marco infrecuente en Europa”. ¿A qué se debe esto? Pues al gran número de diputados con los que cuenta la cámara gallega, 75 en total. “El PP necesita 38 escaños, si se queda uno por debajo ya no podría administrar aún teniendo una gran representación”.

Una izquierda dividida

Otro pájaro a tener en cuenta es la división de la izquierda, un clásico de los disección políticos que en esta ocasión cobra maduro interés si junto a.

“El hecho de que la izquierda se presente con varias partidos políticos además dificulta el cambio. BNG y PSOE van a estar en el Parlamento seguro, pero ahora adicionalmente Sumar probablemente entre, y aunque Podemos previsiblemente no va a obtener diputados sí que puede hacer que Sumar pierda 1 o 2, lo cual divide más el voto y lo hace más difícil”.

Movilización del voto

Si hay poco que tienen en popular todos los partidos que se medirán el próximo 18 de febrero es el llamada desenfrenado a las urnas.

Desde mucho antaño ya que el inicio de la campaña, a uno y otro costado tratan de guisa incansable de movilizar a su electorado, ya que los populares no quieren que el exceso de confianza les pase nota y el pedrusco de izquierda no está dispuesto a dejarse ni un solo voto en casa.

“Más que el exceso de confianza, yo creo que lo que desmoviliza en todo caso es la percepción de que no haya posibilidad de superar. Le podría producirse más a la izquierda eso de ‘ya que no hay nulo que hacer me bajo en casa’”, reflexiona Blanco Valdés.

De ahí que de ahora en delante ese sea el mantra más cliché por todos; hay que ir a elegir. Y lo cierto es que en eso, ideologías distinto, van a tener razón.

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