Recuerdo imborrable, trabajar para vivir


Hoy, a las ocho y cuarto de la mañana, se cumplen 20 años del trágico accidente industrial en una Unidad de FCC del complejo petroquímico de Repsol Petróleo en Puertollano. La consecuencia de la explosión del hidrocarburo costó la vida a 9 personas, trabajadores de empresas auxiliares de mantenimiento mecánico y constructoras. Un trágico accidente que provocó un pánico generalizado más allá de la fábrica. La magnitud del incendio y la extensión del fuego a los depósitos de los tanques y la proximidad de las esferas de propano y butano, generaron mayor preocupación y tensión en el conjunto de la población.

La Comisión de Investigación concluyó con una manifestación de representantes sindicales que discreparon con las conclusiones de la empresa. Los sindicatos CCOO y UGT insistieron en la consideración de que los accidentes se producen por la acumulación de un conjunto de causas y, en el caso de lo ocurrido en la unidad productiva, la decisión de la Jefatura sobre la actividad en la planta fue decisiva para que se ocurrió una cadena de eventos que crearon las condiciones desastrosas para la explosión. El Ministerio de Industria y Trabajo -su Inspección de Trabajo- coincidió, en gran medida, con las posiciones sindicales y concluyó el expediente con una severa sanción económica a la petrolera.

El accidente tuvo gran repercusión en los medios de comunicación, se constituyeron Comisiones de Trabajo para atender la situación de seguridad de los trabajadores contratados y subcontratados, para la adopción de medidas complementarias para que la vida y la salud de todas las personas que laboran en las instalaciones de petroquímica estén por delante. el interés productivo y económico de las principales empresas. Un accidente que exigió, por parte de todos los actores del mundo laboral, una revisión en profundidad de la defensa radical de la prevención de riesgos laborales y del papel que juega cada una de las partes implicadas. También se profundizó en la coordinación de la actividad preventiva en las grandes empresas, así como en la preocupación tanto por la seguridad de los trabajadores de la empresa principal como la de los trabajadores de empresas contratistas y subcontratistas.

La fuerza de los acontecimientos y la fuerza de la razón, junto con la fuerza unitaria de los trabajadores y sus sindicatos, son determinantes en el cambio de actitudes y descuido en la prevención de riesgos laborales en las empresas. No hay lugar en el mundo empresarial ni morosos, ni negacionistas sobre la importancia de los planes de seguridad y salud en el trabajo. El principal bien a proteger, en toda actividad laboral, es la vida y la salud de los trabajadores, por encima de los intereses productivos y económicos de la empresa, porque los rendimientos y beneficios empresariales no pueden obtenerse a costa del riesgo y empeoramiento de las condiciones de trabajo de los trabajadores. empleados. Una máxima que sigue marcando el trabajo sindical de CCOO en cualquier centro de trabajo de la provincia.

En la provincia de Ciudad Real se producen 14 accidentes laborales diarios con baja médica. En todos y cada uno de ellos cabía una medida preventiva que hubiera evitado el accidente. La población asalariada, los hombres y mujeres que dependen de un salario, acuden a su trabajo para ganarse el sustento, no para perderlo o sufrir algún daño incapacitante. El enfrentamiento con empresas y patrones en materia de Salud Ocupacional es permanente.

La única forma de conseguir entornos de trabajo seguros es hacer cumplir la legislación vigente, con todas las medidas y convenios sectoriales complementarios, y velar por su aplicación rigurosa. Un cumplimiento que exige también el papel imprescindible de la Inspección de Trabajo para que no se desobedezca ningún principio preventivo en las empresas; imponiendo severas sanciones a las empresas y empresarios que pongan en riesgo a las personas que trabajan bajo su dirección. La empresa es responsable de la prevención, es la que tiene la obligación de proteger para que no se produzcan accidentes de trabajo. Las organizaciones de empleadores deben disciplinar a sus empresas miembros para que cumplan con la legislación preventiva.

Hoy, veinte años después de aquel trágico accidente del 14 de agosto de 2003, guardamos en nuestra memoria aquellos hechos, la terrible pérdida de nueve compañeros, por lo que cada año nos reunimos en Puertollano para celebrar un sencillo y humilde homenaje. También reclamamos, con ello, que ni en las grandes empresas, ni en las empresas contratistas y subcontratistas, ni en ninguna empresa de la geografía provincial, se retroceda o se incumpla el primer objetivo preventivo. Trabajamos para vivir, no vivimos para trabajar.

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