Una de las derivadas que ya estaban previstas en el guión del 23J es que el PPdeG tendría que designar un nuevo portavoz parlamentario, ya que Pedro Puy se proponía para el Congreso de los Diputados, dentro de la lista por Pontevedra. No se trata de una vacante menor dentro del organigrama de los populares gallegos; Muy al contrario, es el tercer pilar en la coordinación entre el partido y el gobierno —junto con el presidente de la Xunta y el secretario general del PP— y quien coordina las siempre complejas relaciones con la oposición parlamentaria. Hay dos nombres encima de la mesa: Paula Prado y Alberto Pazos.
Según fuentes consultadas por torrevieja news today, de esta dupla saldrá seguramente el nuevo portavoz, una decisión que Alfonso Rueda tomará antes de que acabe este mes de agosto, y que ya ha madurado, tras haber realizado antes un periodo de consultas internas. tomando unas vacaciones. Por el momento guarda silencio. La prisa en el nombramiento es relativa, ya que no habrá un “puesto vacante” en sentido estricto: Puy puede seguir siendo formalmente el portavoz aunque ya haya tomado posesión de su escaño en la Carrera de San Jerónimo, aunque sólo lo hará podrá percibir una de las dos remuneraciones a que tendría derecho como diputado. No existe incompatibilidad legal para mantener un escaño en el Pazo do Hórreo y la Cámara Baja, indicaron fuentes parlamentarias.
Sin embargo, está prácticamente descartado que Puy vuelva a ser visto sentado en el parlamento gallego, incluso mientras se materializa la elección de su sucesor al frente del grupo popular. El traspaso podría acelerarse si se produjera un imprevisto, como la celebración de una Diputación Permanente, el órgano de control parlamentario, fuera de los periodos de sesiones.
Auctoritas internas
Los dos nombres en liza son bien conocidos por los diputados, ya que ambos son voceros adjuntos y acreditan una larga trayectoria política en el partido. De hecho, Prado es el actual número dos del PPdeG, mano derecha de Rueda desde que sustituyó a Feijóo al frente del partido. Prado y Pazos tienen elementos comunes en sus respectivos perfiles: ‘auctoritas’ internas dentro de un grupo numeroso pero donde la antigüedad es escasa, lealtad inquebrantable al partido y contundencia en la defensa de posiciones programáticas. Si por algo se caracterizan es por su vehemencia a la hora de enfrentarse a la oposición, el contrapunto perfecto a los modos más diplomáticos de Puy. Con la elección de alguno de ellos, volverán a la figura del vocero rocoso en el grupo de gobierno, aparcado estos años pero que evoca tiempos lejanos, como los del socialista Ismael Rego durante la etapa bipartita o Jaime Pita al final. del fraguismo.
El hándicap de Paula Prado es que, si asumiera como portavoz, tendría que compatibilizarlo con el de secretario general, una duplicidad de cargos que no gusta a Rueda, más proclive a que las responsabilidades se ejerzan con plena dedicación. Hasta la fecha, ningún otro secretario general del PPdeG ha actuado como portavoz en el grupo parlamentario —aunque ha tenido responsabilidades de gobierno en la Xunta, como el propio Rueda o, en tiempos de Fraga, Xosé Cuiña o Xesús Palmou—. La sala de máquinas del PP gallego es un puesto clave para el funcionamiento interno del partido, que ya vislumbra en el horizonte las próximas elecciones autonómicas, para las que —como mucho— quedan doce meses, si no hay un adelanto que no uno descarta más.
Prado es una persona de la máxima confianza de Rueda, que está detrás de la organización de las dos últimas campañas electorales del 28M y del 23J en Galicia, y que dirigió directamente los pactos del PP tras los municipales que le permitieron mantener la Diputación de Orense en el tiempo que se facilitó la marcha de Manuel Baltar al Senado. Distintas voces del PP la ven como la sucesora natural de Puy, aunque eso implicaría otros cambios en la organización interna del grupo para hacer más llevaderas sus responsabilidades parlamentarias con las orgánicas.
Pazos es otro veterano reputado y respetado en el grupo y el partido. Muy vinculado al PP de Redondela -donde sigue siendo concejal- fue coordinador de organización del partido entre 2016 y 2022, hasta la llegada de Rueda a la presidencia autonómica, cuando pasó a ser vicesecretario de Política Social. Antes había sido director general de Administración Local de la Xunta durante tres años. Su nombramiento tampoco sería una sorpresa y sería uno de esos relevos previsibles, aunque Rueda ha alterado este guión en sus últimos nombramientos -véanse los ministros Alfonso Villares o Elena Rivo-, apostando por nombres que no estaban en ninguna quiniela.
Sea elegido uno u otro, quedará vacante en los vicepresidentes del grupo. Las fuentes consultadas indican que Rueda busca perfiles femeninos y con experiencia para este segundo nivel, y ya tendría un nombre en su lista. En sus últimas decisiones ya acreditaba su impulso a la mujer en su gobierno, como la elección de Ángeles Vázquez como vicepresidenta segunda de la Xunta, tras la marcha a Madrid de Francisco Conde, sustituido a su vez por otra mujer, la también concejala María Jesús Lorenzana.