Otros factores además de éste contribuyen a la buena salud del sector en la provincia, al menos en comparación con otros territorios. “Zonas como la Ribeira Sacra también están experimentando una buena salida para vivienda, lo que sugiere que es otra área de interés en el mercado inmobiliario de la región”, comenta el presidente de Coapi. Los compradores suelen ser “nacionales de vivienda o de explotación turística”, detalla, así como “de arrendamiento” y “ciudadanos extranjeros, especialmente británicos”.
Este interés por esta zona geográfica también es palpable sobre el terreno. En parte, debido a la intención de residir en un entorno paradisíaco, y por otro lado, por la oportunidad de negocio que representa la llegada de turistas. En Castro Caldelas las inmobiliarias lanzan sus ofertas, según valora Silvia Méndez, de Gespromar. “Al contrario”, responde a la pregunta de si venden menos propiedades. “Ahora mismo tenemos la mayoría de fuera”, afirma en relación a los compradores.
Los datos de ventas del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) parecen confirmar el atractivo de Ourense para los extranjeros. En los dos primeros trimestres de este año, el 23% de los compradores residían fuera de la provincia. Y de ellos, uno de cada cuatro procedía del exterior.
Retrasos en la licencia
Las nuevas viviendas vuelan, porque es “un bien escaso y tiende a venderse muy rápido”, afirma Moreiras. Los retrasos en las licencias de construcción en la ciudad, que ascienden a “entre 12 y 24 meses”, ahuyentan la inversión. La segunda mano también tiene salida: “Las casas usadas también encuentran compradores fácilmente, siempre que se fije un precio realista”. Representan el 82% del mercado, según cifras del presidente de Coapi.