El nuevo delantero fue una de las piezas claves en el ascenso del Ferrol a Segunda División, y cuando casi todos daban por hecho que seguiría en el equipo, al final no hubo acuerdo. Sonó a muchos equipos a lo largo de la pretemporada, pero al final fue Arenteiro el que cargó con la culpa. El jugador reconoce que “al final me jugué un poco la mala pasada de estar cerca de donde vivo, ya que creo que estar cerca de mi gente me va a ayudar a rendir mucho mejor. Es verdad que me costó mucho decidir dónde ir, pero al final la competición va a empezar y había que tomar una decisión”.
Firma por una temporada y el próximo lunes se incorporará a su nuevo equipo para empezar a entrenar. “Llego en forma, es cierto que sin ritmo, pero llevo todo el verano entrenando en Pontedeume con un entrenador personal. Voy con mucha ilusión y espero hacer un gran año y ayudar a conseguir los objetivos”.
Unos objetivos muy diferentes a los de la última Liga en Ferrol: “Bueno, muchas veces lo que piensas que puede ser no tiene nada que ver con lo que acaba siendo. Es cierto que aquí el primer objetivo tiene que ser la salvación, pero todo lo que va a pasar se verá en el campo y no quiero etiquetarlo nunca, porque el fútbol es tan grande que siempre te puede sorprender”. Es Luis Chacón, quien conoce Espiñedo, donde jugó como visitante y donde se enfrentó a muchos de los que ahora serán sus compañeros.