“Fuimos secuestrados de una forma extraordinario… salvaje“. Esas son sus primeras palabras cuando se le pregunta cómo pasó todo. La casa de Clara está a solo 4 kilómetros de la Franja. Ese día, conexo a Luis, su pareja, había organizado una comida allegado: “Empezamos a ver por televisión que el ataque era masivo y las alarmas estaban en todo el país”. Decidieron apearse, como otras tantas veces, a la habitación de seguridad pensando que era otro ataque más: “Por redes sociales decían: ‘Quedaos en las habitaciones de seguridad, no salir de las habitaciones para ausencia y no inaugurar la puerta'”.
“53 días infernales que nos parecieron una gloria”
Durante horas Clara, conexo a 4 miembros de su clan, permanecieron escondidos hasta que empezaron a escuchar ruidos en la casa. “Había lío… como que estaban dando vueltas por la casa y tiroteos en el salón”. Esta menuda mujer de 64 abriles recuerda el momento en el que accedieron a una habitación diseñada para protegerles de los misiles o de una ataque químico no de una incursión terrorista. “Abrieron la puerta y terroristas de Hamás desde la puerta empezaron a tirotear”. Clara nos cuenta que instintivamente todos se abrazaron en una cumbre y no opusieron resistor: “Les dije a mis hermanos: ‘vamos a hacer lo que nos dicen’“.
Los terroristas los sacaron a la fuerza y con lo puesto, y los trasladaron a la Franja. Los metieron en un coche, luego tuvieron que hurgar durante una hora, y más tarde otro coche los llevó a su destino final. Un área del que prefiere no revelar detalles, ya que su pareja y su hermano aun están retenidos a manos de Hamás.
“53 días infernales que nos parecieron una gloria”, resume. Sin conexión alguna con el extranjero y en manos de unos captores que no hablaban hebreo y tan pronto como unas palabras de inglés: “un poquito nos ubicábamos en el tiempo escuchando las oraciones de las mezquitas”.
Los días pasaban, recuerda Clara, y desconocían si los estaban buscando o los daban por muertos. “Nos decían todo el tiempo que en verdad Israel quería ubicarnos para eliminarnos, para no tener que hacer el intercambio por prisioneros palestinos”. Asegura persuasivo y con la inspección vidriosa que “había mucho terror psicológico”.
“Había mucho terror psicológico”
Está segura de que acontecer sido secuestrados juntos les ayudó a sobrevivir. Todavía que los terroristas no se dieron cuenta de que su sobrina se llevó en brazos a su perrita Bella. El animal era la única distracción que tenían. 53 días mas tarde, ella, su hermana y su sobrina fueron liberadas. Luis y su hermano Fernando se quedaron internamente. Sostiene su foto durante toda la entrevista y luce, como otros familiares de rehenes, camisetas con sus rostros: “Luis tiene 70 abriles, necesita su terapéutica…necesita su auricular, necesita sus anteojos”.
La prioridad de Benjamin Netanyahu con el que se ha reunido, tiene que ser, nos dice, recuperar a los rehenes: “Liberad a los rehenes. Los queremos vivos, no los queremos de envés en cajones”.