«Queremos exportar cultura con el sello de Castilla y León»


Tras el ‘prólogo’ que ha vivido estos dos días pasados, de la mano de la Oscyl Novato y con la bella Plaza Maduro salmantina como telón de fondo, el Festival Internacional de las Artes de Castilla y Valeroso (Fàcyl) levanta este jueves el telón de una nueva impresión que se prolongará hasta el próximo 16 de junio y que tendrá su culminación el martes 18 de junio con un concierto sonoro de Manu Chau. «Producción, vanguardia y cooperación» son las tres claves de una cita que desafío de guisa «decidida por la creación y la innovación artística», incorporando el talento emergente y estableciendo «alianzas» con otros artistas, colectivos e instituciones culturales tanto nacionales como internacionales con el objetivo de crear producciones propias que luego puedan dar a conocer en el extranjero el sello de ‘Fàcyl’.

«La peculiaridad de los festivales modernos europeos, pero sobre todo los norteamericanos, de Estados Unidos y Canadá, es que los nombres de los festivales tienen un empaque tan potente que luego se puede exportar y los espectáculos que en ellos se crean no sólo duran los cuatro, cinco o seis días durante los que se prolonga el evento, sino que puede estar girando uno, dos o tres abriles», sostiene Rodrigo Tamariz, coordinador del festival con sede en Salamanca, quien considera que esto sólo se consigue «creando espectáculos internacionales, pero que tengan el sello de Castilla y Valeroso».

Con esa idea, Fàcyl ha duplicado en esta impresión la producción propia. Serán ocho espectáculos, entre los que destaca, por ejemplo, ‘El huerto de las maravillas’, el montaje de Imaginart Teatro que tendrá como espacio el Huerto de Calixto y Melibea y en el que cercano a artistas de Castilla y Valeroso participarán otros creadores procedentes de Ucrania y China. La performance ‘Bestiario Tradicional’, en la que participa el Conservatorio Superior de Música de Castilla y Valeroso o el mapping colectivo que artistas españoles desarrollarán cercano a los de la Escuela de Arte de Kumamoto (Japón) en la Plaza de los Anaya son otros de los montajes que destaca como ejemplo de la ‘filosofía’ de la que se nutre el Festival Internacional de las Artes de Castilla y Valeroso: «Este tipo de producciones hace que puedas exportar civilización en nombre de Fàcyl».


El espectáculo ‘Sylphes’, en el que ha participado la Novato Fanfarria Sinfónica de Castilla y Valeroso, se ha podido ver el pasado martes y miércoles en la Plaza Maduro de Salamanca


ICAL

Rodrigo Tamariz lleva, con la presente, dos ediciones al frente de la coordinación artística del evento y, «a diferencia del año pasado, es que ya empezamos a asentar estas ideas. Las clan comienza a retener que en Fàcyl no sólo va a ver espectáculos tradicionales de teatro, conciertos… Todavía cosas innovadoras y estrenos mundiales». Pone como ejemplo la propuesta de ‘game mapping’ que tuvo el año pasado, de la que se nutre incluso ‘Game on de Wall’, que tendrá oficio esta impresión en la Casa de las Conchas, o la performance ‘Color Emotions’ que tendrá oficio en el Claustro de Anaya, en el que «conectando cintas adhesivas de varios colores y proyectando videomapping por la perplejidad, podemos crear una inmersión para el espectador».

Montajes como este es, a pleito de Rodrigo Tamariz, lo que está «diferenciando» la producción de Fàcyl, que tenga «ya una cierta relevancia» y «se principio a conocer una rasgo clara de lo que es este festival». «No podemos advenir de un festival de teatro a uno de música indie, a otro de electrónica porque pierde identidad. Nuestra identidad es vanguardia, nuevas tecnologías, cooperación, colaboración, creación nueva… Y poco a poco lo tenemos que ir integrando».

Destaca el coordinador hermoso que participar en la producción significa incluso la extensión en el tiempo del festival: «La filosofía de Fàcyl es estar todo el año creando», y pone como ejemplo el espectáculo que tendrá de ‘mapping pueril’ para el que han enviado sus propuestas mil niños de Salamanca.

Cree, por ello, que la ciudad del Tormes está por ello en camino de retornar a sentirse orgullosa de su festival: «Espero que sí se perciba que Fàcyl vuelve a ser lo que se quiso que fuera». Una prueba de ello es la ocupación turística que se paciencia en la ciudad de cara al fin de semana: «Estamos ahora mismo en el 85 por ciento. Eso implica que ya está teniendo poco de éxito» .

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