El conseller de Interior, Joan Ignasi Elena, y la jefa del Ministerio de Seguridad y Políticas Transversales, Alba Alfageme, han presentado hoy la última estampado de la Indagación de Seguridad Pública de Catalunya. Un estudio que va más allá de las estadísticas objetivas de denuncias y que ayuda a conocer mejor la percepción que tienen los catalanes sobre la seguridad. Un trabajo en el que los encuestados valoran asimismo a los Mossos d’Esquadra y a las policías locales y que muestra de qué forma el nivel de ingresos del entrevistado condiciona su valoración de la seguridad.
La indagación revela que un 33% de las personas entrevistadas dejaron de hacer cosas por miedo a ser víctimas de un delito. Un porcentaje que sube al 45% en el caso de las mujeres. Una tremenda verdad que condiciona el día a día de muchas mujeres que evitan itinerarios de incertidumbre que sí hacen de día; o que tratan de no regresar solas a sus casas tras salir de un espacio de ocio por temor asimismo a lo que les pueda suceder.
Los Mossos d’Esquadra logran la segunda mejor valoración de su historia con un 7,5 en una escalera del 1 al 10
Una incertidumbre que condiciona la emancipación de las encuestadas y que obliga, en palabras de Elena, a permanecer el impulso de la “feminización” de las políticas de su sección más allá del incremento de la presencia de mujeres en la policía.
El estudio demoscópico, sobre las respuestas de 7.995 ciudadanos de Cataluña consultados entre febrero y marzo de este año sobre hechos del 2022, detecta una reducción del nivel de percepción de seguridad en comparación a la última estampado. Esa percepción pasa del 6,8 sobre 10 el 2020 al 6,6 el 2022, pero está proporcionado por debajo del 2017, cuando fue del 7,2. Un 32,4% de los encuestados aseguró deber sido víctima de un delito, un porcentaje que recula hasta el 25,8% cuando se excluye de la estadística cualquier estafa, una modalidad delictiva que se dispara y que, a seso del conseller, distorsiona el resultado de las conclusiones de la indagación. En otro apartado, los catalanes puntúan la seguridad en sus municipios con una nota del 6,6, la más descenso desde 2013.
Un 60,1% de los encuestados aseguró deber sufrido un delito relacionado con el ámbito de las personas (injusticia, ataque), aunque en la posterior pregunta concreta que se trató de amenazas e intimidaciones.
Los Mossos d’Esquadra siguen recibiendo una buena puntuación, de 7,5 en una escalera del 0 al 10 (la segunda mejor de su historia, tras la de 2017), siendo especialmente acertadamente valorados por la población viejo de 65 primaveras, que les da un 8,1, frente al 7 que reciben de los jóvenes de entre 16 y 25 primaveras. Las policías locales se quedan en un 7 (7,6 entre los mayores de 65 primaveras y 6,9 en el conjunto entre 16 y 25).
A pesar de estas buenas puntuaciones, los ciudadanos cuando son víctimas optan por no denunciar. ¿Por qué? Les dieron varias opciones y el 50,4 % dijo que podían hacer poca cosa, otros tantos que era demasiado complicado, un 32% aseguró dejarlo en Dios poco en la rectitud y un 23% no confiaban en la policía. Otro 10 por ciento dijo no denunciar “por miedo”.
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